Se corta el solomillo por la mitad, a lo largo, dejándolo
unido de una parte, por pocos
centímetros.
En el interior se abren, con un un cuchillo puntiagudo, pequeños
huecos que se rellenan de una picada hecha con trufas, pistachos, setas y
aceitunas verdes.
Se cierra el solomillo y se cose la abertura con hilo
incoloro. Se mecha con tocino cortado a tiras pequeñas y se pone a marinar en una
marmita con el vino blanco, medio vaso de aceite de oliva, sal, pimienta, el tomillo y el perejil picado.
Colóquese en el frigorífico y déjese allí por espacio de doce horas.
Una hora
antes de la comida se asa a la parrilla a fuego vivo, dándole de vez en cuando la
vuelta y rociándolo con un poco de la marinada. Se sirve bien caliente.