Quitar las espinas del bacalao, que se habrá tenido en
remojo des de el día anterior, y
secarlo.
Cortamos en trozos cuadrados de
unos cinco centímetros, que se pasan por
la harina y se fríen en una sartén en la
que se habrán calentado tres cucharadas de aceite de oliva .
Cuando aparece bien dorado se retira de la sartén
y se deposita sobre una hoja de papel secante
de cocina de cocina para
que escurra el aceite de oliva de
cocción.
Preparar mientras tanto una salsa del siguiente modo: sofreír en otra
sartén el diente de ajo, la cebollita y la parte blanca del puerro, toda muy
picada y, en cuanto los ingredientes están
dorados, añadir la salsa de tomate disuelta en el caldo vegetal.
Dejar cocer esta salsa
durante unos veinte minutos, tras los cuales
se añaden los pepinillos y las aceitunas cortados en rodajas muy finas y las alcaparras cortadas en trocitos;
sazonar con sal y pimienta y proseguir
la cocción; al cabo de un cuarto de hora, se
añaden los trozos de bacalao fritos con anterioridad.
Esperar que la salsa espese, espolvorear con el
perejil picado y servir muy caliente.