Poner en remojo el bacalao durante veinticuatro horas como
mínimo, de forma que elimine toda la sal. Lavarlo unas cuantas veces en agua
corriente y acto seguido espolvorearlo ligeramente de harina.
Sofreír en una
sartén con cuatro cucharadas de aceite de oliva la cebolla muy picada; añadir a continuación
los filetes de bacalao, dorándolos bien por ambas partes. Poner en remojo las
pasas en agua tibia.
Cuando el bacalao ha adquirido un bonito color tostado, se
rocía con el tomate concentrado diluido en un pequeño cucharón de agua y se
deja cocer dulcemente durante unos minutos.
Se añaden entonces las pasas bien escurridas
y se prosigue la cocción durante un cuarto de hora más, salando ligeramente.