Cuatro caballas medianas, 100 g de mantequilla, una zanahoria cruda tallada, tres ramas de apio, un puñado de perejil y
uno de albahaca, una cebolleta, dos dientes de ajo,
sal, pimienta, aceite de oliva, un limón, harina.
PREPARACIÓN:
Escamar el pescado, y vaciarlo. Lavarlo esmeradamente,
también por la parte interna, y
secarlo.
Poner en un cuenco la zanahoria rallada, agregarle las ramas
de apio, el perejil, la albahaca, la cebolleta
y un diente de ajo muy picados y, por último, adicionar a todos estos
ingredientes la mantequilla, batiendo la mezcla con una pequeña espátula de
madera hasta volverla cremosa.
Dividir la en cuatro
partes y con cada una de ellas rellenar el interior de una caballa, cosiendo
después las aberturas para que el relleno no salga durante la cocción (hay que
advertir que la mantequilla se derretirá con el calor y por lo tanto, ultimada
la cocción, únicamente quedarán en el interior las verduras picadas).
Pasar las caballas por la harina. Poner al fuego una sartén
con medio vaso de aceite de oliva y el otro diente de ajo y, en cuanto este
último se ha dorado, retirarlo y freír a
fuego vivo uno o dos pescados a la vez, durante unos minutos, dándoles dos o
tres vueltas.
Cuando todas las
caballas están doradas, reunirlas en la sartén, rociarlas con el zumo del limón
y unas cucharadas de agua y proseguir la cocción durante unos veinte minutos
más, dándoles la vuelta de vez en cuando procurando no romperlas.