Una pierna de cordero que sobrepase el kilo, un diente de ajo, el zumo de un limón, abundante perejil,
Se
corta la pierna a pedazos que se enharinan y se fríen en una cazuela o cacerola
con medio vaso de aceite de oliva.
Mientras,
se sofríe en otra cazuela o cacerola con el resto del aceite de oliva, el
perejil, el ajo y el tocino bien picados y a continuación se añaden los trozos
de cordero ya fritos.
Se
prosigue la cocción durante veinte minutos más, agregando algunas cucharadas de
caldo y sazonando con sal y pimienta.
Mientras tanto, en un plato se baten los
huevos junto con el queso manchego y una pizca de sal, se añade el zumo del limón
y se sigue batiendo todo ello durante unos minutos más, a fin de que todos los
ingredientes queden perfectamente ligados.
Unos
minutos antes de retirar el cordero del fuego se le vierte encima la mezcla
preparada y se remueve rápidamente, dejando el fuego bajísimo, para evitar que
los huevos cuajen.
De
este modo se obtiene una salsita densa y mantecosa, con la cual se cubre el
cordero, tras haberlo colocado en la fuente de servicio.
Ingrediente Principal