Se
pone al fuego una cazuela o cacerola de barro con cuatro cucharadas de aceite
de oliva, la mantequilla o margarina o margarina y una cebolla cortada a
rodajas.
Se
deja dorar y luego se añade la carne enharinada.
En
cuanto la carne ha tomado color, se rocía con el vino blanco y se añaden los tomates,
tras haberlos pelado y cortado, y los guisantes desgranados.
Se
echa sal y pimienta y se deja cocer durante una hora y media, dándole a menudo
la vuelta y añadiendo, en caso de ser necesario, algunos cucharones de caldo de
carne.