Se
pican finamente la zanahoria y la cebolla y se ponen a dorar en una cazuela o
cacerola con la mantequilla o margarina.
Se
añade la carne cortada a filetitos delgados, se deja que tome sabor y se rocía
luego con el vinagre.
Mientras
tanto, se deslíe la salsa de tomate en un cucharón con agua caliente, se añade
una cucharada de azúcar y, cuando el vinagre se ha evaporada, se rocía con ella
la carne.
Se
deja cocer durante diez minutos más.